23.9.08

Che: The Argentine (2008)

De la mano de Steven Soderbergh y Benicio del Toro, la figura del “Che” Guevara revive para ser desmitificada y arrancada de las camisetas y pegatinas en las que se ha visto sumida, que la convirtieron en un icono vacío, dejando de lado el símbolo de unos ideales.

Che: El argentino nos muestra la transformación del médico al líder militar a través de la revolución que significó el derrocamiento de Batista. Para apreciar este cambio de mentalidad y forma de actuar del Che, Soderbergh intercala las escenas de un Che en pleno combate luchando por su causa, y otras en las que defiende el éxito y logros de la revolución cubana, en la asamblea de las Naciones Unidas.

Estos saltos temporales que se dan, hacen que, en un principio, cueste seguir la historia y que se corte el ritmo del film, dando la sensación de una cierta lentitud en la misma. Bien es cierto que las escenas de Ernesto Guevara en EEUU son de las que un mayor significado tienen para comprender a la figura revolucionaria, pues es ahí donde plasma sus pensamientos.

El hilo conductor de la cinta es una entrevista que le hacen al Che durante su estancia en EEUU a propósito de su intervención en la asamblea de las Naciones Unidas. Es en esa entrevista donde relata (desde su perspectiva) lo transcurrido durante la guerra contra el ejército de Batista, acompañando a Fidel Castro (Demián Bichir).

Además de estos saltos, Soderbergh juega con el color para establecer la diferencia entre estas dos situaciones temporales.

Los fragmentos de batallas, pertenecientes al pasado, son a color para darle un aspecto más épico y realista, propio del cine bélico. Por su parte, las escenas inscritas en el presente de la acción son en blanco y negro, con el propósito de abstraerse de sus juicios personales y acercarse al documental, que tiene una apariencia más verídica.

Este es, sin duda alguna, uno de los logros de Che: El argentino. Steven Soderbergh ha conseguido hacer un retrato del guerrillero argentino lo más cercano a la realidad posible. Se nota que el personaje del Che le ha cautivado, pero el director americano no cae en prejuicios ni estereotipos, consiguiendo un film bastante imparcial.

Quizás en manos de otro estaríamos ante un título panfletario que no habría pasado de otra cosa que mostrar tópico tras tópico.

El otro gran punto en favor de Che: El argentino es la calidad de las interpretaciones. Benicio del Toro encabeza un reparto reconocido internacionalmente: Damián Bichir, Rodrigo Santoro, Catalina Sandino, Julia Ormond

De Benicio del Toro poco se puede decir, su interpretación es deslumbrante. Se mimetiza de tal forma con el Che, que uno se olvida completamente del actor y cree estar viendo al verdadero guerrillero. Lo mismo sucede con Damián Bichir en su papel de Fidel Castro, moviéndose y expresándose igual que el dirigente cubano.

Mención especial merece también el personaje de Raúl Castro, interpretado por Rodrigo Santoro. Es difícil creerse que el actor brasileño no sabía nada de español antes de comenzar la película.

La nota negativa en este sentido la da Unax Ugalde, con un personaje poco convincente e irrelevante.

Quizás, uno de los aspectos en que flojea el film, sea en la música de Alberto Iglesias. El tono sobrio y por momentos más propio del documental, se pierden con la banda sonora que en lugar de ayudar a la narración, distrae de ella.

21.9.08

Star Wars: The Clone Wars (2008)

Cuando se estira y se estira una cuerda hasta el límite, llega un momento en que se rompe. George Lucas lleva desde hace 31 años haciendo lo propio con Star Wars y he aquí las consecuencias.

The Clone Wars se sitúa entre los episodios 2 y 3 de la saga, en medio de las guerras Clon entre la República y las fuerzas Separatistas. Sin embargo, se dan ciertos datos y situaciones que parecen salidas de la nada, pues no se da cuenta de ellos en la venganza de los Sith.

Con una ambientación bien cuidada, así como algunas escenas de acción trepidante, nos encontramos a Anakin y Obi-Wan metidos de lleno en una encarnizada lucha contra el Conde Dooku y sus droides. En este sentido, el film tiene algunos destellos de notable calidad, pero no deja de ser la carta de presentación de una serie, con lo que terminan siendo más numerosos los fragmentos de relleno que los que tienen interés para la historia.

La casi hora y media de duración de la película termina volviéndose muy excesiva para lo que se nos narra.

Personajes que en las anteriores películas disfrutaban de una gran aceptación por parte de los fans, aquí no pasan de meros esbozos. Mace Windu (Samuel L. Jackson) pierde toda su chispa y Yoda no es más que una sombra de sí mismo. Por no hablar de Amidala, Anakin, etc.

Dave Filoni no ha sabido imbuirse de la historia y ha pesado más la idea de George Lucas de sacar el mayor beneficio posible a su franquicia esforzándose lo mínimo. Aún a costa de romper con la esencia de la saga.

La historia que se nos cuenta en Las guerras Clon pierde todos sus alicientes al poco de comenzar. Siguiendo la estela de los últimos episodios de la franquicia, importa más el espectáculo que el profundizar en la narración y los personajes.

El resultado de esto es una trama aburrida y sin interés, y unos personajes planos, sin gracia alguna.

En el diseño de los personajes y animaciones, por su parte, se da la sensación de que están poco trabajados y, en ocasiones, los movimientos se ven un tanto forzados y poco naturales. Sin embargo, uno acaba por acostumbrarse y hasta le termina cogiendo el punto.

Para concluir, mencionar uno de los pocos aspectos destacables del film, y es que, al menos en la versión en castellano, se han respetado las voces de la saga.