Stephen Daldry en la dirección y David Hare firmando el guión, adaptan la obra homónima de Bernhard Schlink que, según Los Angeles Times, es: “Una novela formalmente hermosa y perturbadora y, finalmente, moralmente devastadora.” Algo que han sabido captar y trasladar a la pantalla.
El director de Las Horas y Billy Elliot se embarca en un proyecto que habla de esa generación de hijos de la posguerra alemana, libres de toda culpa, pero con la losa sobre sus hombros del horror cometido por sus padres. Un horror que debían aprender a aceptar y seguir adelante.
The Reader nos sitúa a lo largo de tres momentos distintos en la vida de Michael (David Kross / Ralph Fiennes) que personifica, a través de su idilio con Hanna (Kate Winslet), la relación que mantuvo una generación con su Alemania natal; una relación llena de contradicciones.
Uno de los puntos de mayor interés del film es ese, que no se trata de otra película sobre el Holocausto que sirva de homenaje para las víctimas, sino que versa sobre sus consecuencias en el pueblo alemán.
Al respecto, el amorío que surge entre Hanna y Michael, tiene el valor de enfrentar a dos generaciones distintas, con lo que centrarse en la polémica suscitada por la diferencia de edad entre ambos no es más que un sin sentido que deja de lado lo realmente importante.
Y no sólo de culpa o rechazo a lo que otros hicieron se habla en la película. The Reader también se alude a la personal; de cómo el orgullo y vergüenza hacia uno mismo puede llevar a una actitud pasiva, por más que las consecuencias de no enfrentarse a ello sean desmedidas.
Si bien la relación entre los dos protagonistas hace referencia a esa situación de culpabilidad colectiva, cada uno de los personajes por separado se ha de enfrentar por sí mismo a la vergüenza y pundonor individual.
Al final, también hay que aceptar esto.
Está de sobra comprobado que Stephen Daldry sabe sacar lo mejor de sus actores, y The Reader es un nuevo ejemplo de ello. Kate Winslet está en estado de gracia e inunda la pantalla con un personaje que desborda matices. Tal es la presencia que impone con su personaje que ensombrece la buena labor del resto del reparto.
El contrapeso de Kate en la cinta lo ponen David Kross y Ralph Fiennes (dando vida a Michael en diferentes etapas de su vida). Fiennes no lo hace mal, pero al lado de una Winslet pletórica, da mucho el cante. Kross por su parte resuelve perfectamente el problema del idioma (es su primera película en inglés) y resulta bastante creíble.
Daldry se ha convertido en un director que apunta a cosechar galardones con cada nuevo film. Podrá o no gustar esa intención y objetivo de ganarse a la crítica, pero lo cierto es que convence con sus propuestas que es lo que importa; y The Reader no iba a ser menos.