26.7.08

Get Smart (2008)

Lejos de lo que uno espera encontrarse al ver Superagente 86; el film no es más que una comedia de acción como tantas otras, con sus chistes insulsos, tramas predecibles o que no vienen a cuento y tópicos a mansalva.

Con el objetivo de hacer taquilla o la poca gracia de los guionistas, en muchos fragmentos de la cinta se ha dejado de lado el humor en favor de la acción, y para una película como esta, eso es algo poco recomendable.

Con un reparto encabezado por Steve Carell, lo que se pide es una mayor carga cómica, más gags y humor absurdo al estilo Agárralo como puedas o la misma serie original de Get Smart. Gags los hay, así como momentos y diálogos desternillantes, pero: o se quedan cortos o se alargan tanto que pierden toda su gracia y frescura.

Tanto Carell como Anne Hathaway cumplen en sus papeles de agente patoso y mujer florero respectivamente. Al personaje del agente 99 se le podría haber sacado bastante más, pero claro, el dinero manda y terminamos siendo testigos de una historia de amor que no aporta nada al film, con una Anne Hathaway que pasa de ser una legendaria agente de CONTROL, a convertirse en la chica en apuros para que nuestro héroe demuestre su hombría.

La pareja protagonista se rodea, asimismo, de un elenco de secundarios encabezados por Dwayne Johnson que realmente no son para tirar cohetes, pues hacen lo mismo que en la mayoría de sus filmes anteriores. Son las cosas que tiene el encasillamiento.

Lo más destacable al respecto, es el cameo de Bill Murray. No tiene desperdicio.

Superagente 86 supone un nuevo tropiezo en la poco reseñable carrera de Peter Segal, al que se le va acabando el crédito que pudiera tener. Sin duda, estamos ante un director que presumiblemente no pasará a la historia del cine. Al igual que la presente película.

A decir verdad, tampoco se puede esperar mucho más de un producto concebido para hacer taquilla veraniega.

La marca de Mel Brooks y la esencia de la serie original se aprecian muy poco, básicamente en algunos homenajes; debido, presumiblemente, al excesivo peso de la trama romántica y los efectos visuales. El Max de Carell está más cerca del Rowan Atkinson de Johnny English, que del Max de Don Adams.

Superagente 86 es una floja película que logra divertir por momentos, pero en otros se pone demasiado melosa sin ninguna necesidad, aderezada con unas descargas de adrenalina que no congenian lo suficiente con el espíritu que se pretende transmitir.

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