Con esta primera aventura en solitario como director, Frank Miller ha conseguido que al contemplar The Spirit estemos visionando un cómic y no una película. Ha pintado los fotogramas como si fueran viñetas, trasladando verdaderamente el papel a la pantalla.
Al mismo tiempo, Miller, ha reinterpretado la historia de Eisner a su manera, haciendo que ésta, sin perder un ápice de su personalidad, se nutra del personal estilo del de Maryland.
Dejando de lado el buen hacer del director a nivel técnico, nos encontramos con un film entretenido pero con una trama sin chispa ni enganche. La historia que se nos presenta es de lo más convencional, con unas pizcas de novela negra y de humor satírico y casi paródico hasta la saciedad.
En los poco más de 100 minutos que dura The Spirit, algunos gags y situaciones parecen demasiado estirados, con una narración y unos personajes muy planos, a pesar de esa voz en off del protagonista que aparece de vez en cuando intentando darle una mayor profundidad y complejidad a su lucha.
Otra de las cosas que se le pueden achacar a The Spirit es su gran cantidad de similitudes con Sin City y 300, ya no sólo a nivel estético, sino en ese aroma épico y honorable de sus protagonistas. Bien es cierto que este punto no tiene porque ser negativo, pues para bien o para mal Miller tiene un estilo muy definido.
Ante tanta pega es de agradecer el reparto con el que cuenta la película: Samuel L. Jackson, Jamie King, Scarlett Johansson, Sarah Paulson…
Para dar vida a Spirit los productores confiaron en un semi-desconocido Gabriel Macht, a quien se ha podido ver en cintas como El buen pastor o La prueba. El objetivo de evitar que la gente pensara en el actor en lugar de en el personaje está conseguido, pues se sale del film habiendo olvidado por completo quien era el actor. A tal punto llega la falta de carisma del protagonista por muy locas que vuelva a las féminas de la película.
Para secundar a nuestro héroe nada mejor que un grupo de jóvenes bellezas con papeles secundarios (Jamie King y Sarah Paulson), parte importante dentro de la trama (Eva Mendes) o prescindibles (Paz Vega).
La española Paz Vega tiene una aparición realmente breve, que sólo da cabida a que luzca un vestuario muy ligero y a que muestre que el francés no es lo suyo.
El antagonista de Spirit, Octopus lo interpreta un Samuel L. Jackson en tono de parodia y gracia excéntrica acompañado por la exuberante Scarlett Johansson. Son, sin duda, lo mejor de la película.
Quien vaya buscando en The Spirit una nueva Ciudad del pecado o una peli de superhéroes, está equivocado. Si por el contrario se busca un poco de cine negro y humor sin hacer mucho esfuerzo en comprender la historia, saldrá convencido de la película.