Como los demás aborda los temas de las relaciones de pareja, la homosexualidad, la adopción por parte de padres del mismo sexo y las madres de alquiler (entre otros) de una forma muy natural y realista; queriéndose mostrar imparcial al dar voz a todas las posturas referidas a estos asuntos.
Por un lado tenemos a Manu (Lambert Wilson) que quiere ser padre aún siendo homosexual y a Fina (Pilar López de Ayala) que se presta a ayudarle. Por el otro, sin embargo, nos encontramos con Isa (Florence Darle) y Philippe (Pascal Elbé), más conservadores en sus ideas y contrarios a la postura de Manu. Para completar el abanico está Cathy (Anne Brochet), amiga de la pareja formada por Manu y Philippe, que se presta a ayudarles pero con reservas.
A lo largo de todo el film se plantea la pregunta de si es bueno o no criar a un niño sin la figura materna presente, pero al tiempo se da un voto de favor al amor y cariño que una persona puede darle a un hijo, independientemente de su situación y tendencia sexual.
Estas arduas y polémicas cuestiones que bien podrían dar lugar a un denso drama sobre los valores humanos, ofrecen a Vincent Garenq el hilo conductor perfecto para elaborar una comedia cercana y repleta de enredos y situaciones graciosas al más puro estilo francés.
Como los demás es un film ameno, con un guión fácilmente digerible y de un tono muy familiar, aunque presenta algunos momentos demasiado caricaturescos, que más que poner una nota cómica, sacan completamente de contexto al espectador (especialmente la parte en la que entran en escena los padres de Fina).
Asimismo, la conclusión del film, a pesar de quedar abierta a que trabaje la imaginación del público, da la impresión de extenderse demasiado; intenta concluir pero no termina de dar el último acelerón. Esto da cabida a algún que otro epílogo que sigue esa tónica cómica que en el fondo no tiene ninguna gracia.
En cuanto a las interpretaciones – dejando de lado a los personajes de los padres de Fina, de los que uno todavía se pregunta de donde han sacado ese acento argentino – no caben más que palabras de elogio.
Lambert Wilson (visto en “joyas” como Matrix Revolutions o Sahara) borda su papel de homosexual, no queda nada forzado en su manera de actuar y comportarse. Pascal Elbé, en cambio, resulta menos expresivo, más acorde también es cierto a la forma de ser de su personaje. Ambos interpretan a una pareja que perfectamente podríamos encontrarnos en cualquier parte.
Completando el trío tenemos a Pilar López de Ayala, que salva con soltura el handicap del idioma y conmueve con su papel de chica extranjera en un lugar que le es extraño, que se convierte en madre de alquiler y se enamora de la persona inadecuada.
Además, no se puede olvidar a Anne Brochet, que no se muerde la lengua y arrolla con algunos diálogos estupendos. A pesar de lo conciso de su aparición, se deja notar.
Como los demás nos presenta a unos personajes que nos resultan tan cotidianos gracias a su multitud de matices. El que se vean envueltos en asuntos tan comprometidos a través de una comedia, es lo que le evita a su director caer en torpezas sociales y pueda plantear todas las preguntas y posturas en cuanto a la homoparentalidad.
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