24.10.08

JCVD (2008)

Imaginemos a un Van Damme en el ocaso de su carrera y afligido debido al juicio por la custodia de su hija. Entonces decide volver a Bélgica para reencontrarse a sí mismo y se ve envuelto en el robo de un banco. Con esta sugerente premisa se presenta el nuevo film de Jean-Claude Van Damme, JCVD.

A algunos les vendrán a la mente títulos como Takeshis’, pero comparaciones aparte, y siguiendo un tono de tragicomedia, JCVD tiene momentos realmente buenos que nos descubren una interesante obra que va más allá de lo que a simple vista pudiera parecer.

De un lado se nos presenta un thriller con policías, robos y demás; y de otro, una mirada introspectiva del mundo del cine a sí mismo. A priori no hay por donde coger algo así, sin embargo, el resultado final, a la par que sorprendente, es más que reseñable.

Además, la propuesta se adereza con algunos toques de comedia y situaciones que, a pesar de despertar algunas risas, son tan cotidianas que hacen que más de uno se mire a sí mismo.

A modo de falso biopic y reflexionando sobre la fama y su precio, Van Damme hace su interpretación más sincera y humana. En JCVD deja de lado las artes marciales para analizar e ironizar sobre su propia vida. Quien fuera protagonista de hitos del cine como Double Team o Van Damme’s Inferno, parece haber resurgido y ha encontrado su vena interpretativa.

Después de algunos intentos con películas salidas directamente al mercado DVD, su retorno a la gran pantalla da la sensación de haberle salido bien. En el presente film somos testigos de la mejor interpretación de actor belga hasta la fecha.

La cinta del semidesconocido por estos lares, Mabrouk El Mechri, convence desde un primer momento. Alejada de grandes pretensiones consigue conectar pronto con el público, pues estamos siendo testigos de la caída de una estrella que retorna a la cruda realidad.

Esta conexión con el espectador también se logra gracias las escenas en las que un emocionado Van Damme interpela al público para confesarse.

Siguiendo un montaje atractivo y ágil (pero sin caer del todo en la estética de un videoclip), además de usar saltos temporales hacia atrás y adelante para enlazar toda la trama, el director francés logra seducir con una película fresca y sin complejos.

JCVD es una entretenida y sorprendente propuesta (debido sobre todo a su protagonista más que al tema abordado) pero que, como no podía ser de otra forma, al final se deja llevar por las buenas intenciones y los mensajes moralizantes típicos de Hollywood.

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