23.7.08

Ôdishon (1999)

Takeshi Miike deslumbra y estremece con esta cinta inclasificable, aunque las distribuidoras quieran venderla como una película de género. El autor de las conocidas por estos lares: Ichi the Killer o Llamada Perdida, hace con Audition, la que para muchos es su mayor obra hasta el momento.

Audition se basa en una novela de Ryu Murakami, y, muy por encima, nos habla de un viudo (Ryo Ishibashi) que pretende conseguir una joven esposa a través de un casting organizado por un amigo suyo (Jun Kunimura). Será allí donde conocerá y se enamorará de la misteriosa Asami (Eihi Shiina).

Esta simple premisa, que bien podría haberse cogido para una comedia facilona de Hollywood, Takeshi Miike la coge para construir una obra de culto que no deja indiferente ni a “entendidos” ni a todo aquel con ganas de curiosear un rato. El film aborda desde el drama nipón más tradicional al terror más morboso, pasando por las etiquetas de onírico y desconcertante con ocasionales destellos de humor o thriller. Vamos, lo que los “críticos” catalogan de cine de autor.

Además de pasar de un género a otro con maestría, los temas abordados son también de lo más diversos: machismo, venganza, soledad, desengaño, traumas infantiles… según la lectura que se le quiera dar se pueden acentuar unos aspectos u otros.

Lo más interesante de Audition es la forma en que está narrada y como el director juega con el público. Durante más de la mitad de la cinta no ocurre nada realmente destacable, el ritmo se puede hacer algo tedioso y lento, pero hay que saber esperar. Miike lo que pretende buscar es la indefensión del espectador, que se relaje por completo para sorprenderle y conducirlo por donde quiere. Una vez en ese punto, el público no sabe como reaccionar y es más sugestionable.

La otra gran baza del film es Eihi Shiina. Por momentos, la psicología de su personaje puede recordar a psicópatas que no tienen sentimiento alguno como Dexter, no se inmutan ante lo que sucede a su alrededor o los actos reprobables que llegan a desempeñar. La parsimonia de Asami en determinadas partes de la película llega a ser muy inquietante.

En este sentido, tiene un profundo interés y puede servir como pista para explicarse lo que vendrá después, el cambio de rol que hay en la pareja protagonista. Asami empieza siendo la vulnerable y dependiente de Aoyama (Ryo Ishibashi), al menos en apariencia. Pero a medida que avanza la historia vemos como evoluciona esa relación y nos terminamos encontrando al otro lado del espejo: Aoyama es quien se encuentra condicionado e indefenso ante la figura de la joven Asami.

El espectador siempre tiene la misma información que el personaje de Aoyama, hace de testigo de la acción, nada más. Esto le da un mayor halo de misterio a Asami y todo lo que la rodea.

Audition es un film que, más allá de lo que su apariencia pretenda ofrecer en un primer instante, tiene multitud de interpretaciones.

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